««««««Producion en Colombia»»»»»»


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El DANE calcula que en el año 2015 Colombia tendrá una población de 53 millones de personas y teniendo en cuenta un consumo per-cápita de 18 Kg de fruta cítrica por año, se estima que para ese año se van a necesitar un millón de toneladas de fruta para el mercado en fresco y para el consumo interno.


EN CUANTO A COLOMBIA


Los cítricos se benefician de temperaturas medias del orden de 10º a 12º C para las medias invernales y 22º a 24º C para las medias estivales.
La naranja presenta mayor o menor resistencia dependiendo de la variedad. Temperaturas menores de 0ºC o mayores de 40ºC pueden afectar fuertemente al árbol; por lo tanto, cuando la temperatura se eleva por encima de los 35º se debe compensar la pérdida de agua por la transpiración con aportes complementarios de agua. El mal reparto de las lluvias, la insuficiencia en las precipitaciones y la capacidad del suelo para asimilar reservas de agua, son factores para tener en consideración en la instalación del huerto.

EL AMBIENTE

En Colombia y en las zonas tropicales, los cítricos se producen entre 23°C y 34°C, con pluviosidades entre 900 y 1.200 mm anuales. La humedad excesiva del aire ambiente y el viento son dos factores no despreciables que pueden, bajo ciertas circunstancias, perjudicar, no sólo la producción, sino los propios árboles. Los huertos situados en la proximidad del mar y sometidos a climas oceánicos son frecuentemente atacados por hongos y líquenes que se desarrollan bajo las ramificaciones.

Si la humedad ambiente persiste, ciertas plagas devastadoras pueden proliferar en colonias importantes. El viento, por su acción mecánica, puede provocar indirectamente heridas sobre los frutos por rozaduras o transporte de granos de arena, lo que altera la corteza, haciéndolos no aptos para la exportación.

EL TERRENO Y LOS SUELOS


Aparte de las exigencias particulares de ciertos porta injertos, las características físicas de un buen suelo citrícola deben considerar la profundidad y homogeneidad del suelo (profundidad mínima de 1 metro, la presencia de un lecho compacto de arcilla o de una costra calcárea puede dificultar el desarrollo de las raíces y un alto nivel freático puede producir marchitamiento), su permeabilidad y porosidad (los cítricos admiten suelos permeables, bien aireados, en los que el agua filtre convenientemente en profundidad) y su capacidad de retención de agua (los suelos bien estructurados mantienen en reserva el agua que las raíces de los árboles pueden utilizar en función de sus necesidades).

En lo que se refiere a las características agroquímicas de los suelos, los aptos para el cultivo de los cítricos deben tener un contenido satisfactorio de en P2O5 y de K2O asimilables por las raíces de los árboles, un pH neutro (7), o ligeramente ácido (6.5), bajo contenido en caliza activa y ausencia o contenido mínimo de sales disueltas en particular cloruro sódico.



COMPOSICION DE LA PLANTA

Las plantas de los cítricos están compuestas por dos partes: una parte aérea, esencialmente constituida por la variedad (o cultivar) de la especie cultivada, y una parte subterránea, formada por el porta injertos, que asegura el anclaje del árbol y su nutrición. La variedad y el porta injerto están íntimamente asociados por el injerto, operación delicada que se ejecuta cuando la planta es joven. La asociación variedad/porta injertos es necesaria para proteger a la planta de los ataques causados por los hongos del suelo. Estos hongos que causan la enfermedad conocida como gomosis, se hallan presentes prácticamente en todos los suelos citrícolas. Entre los porta injertos más utilizados se pueden citar: el naranjo amargo, el poncirus trifoliata y sus híbridos los citranges, y el mandarino Cleopatra.

El crecimiento, tanto en longitud como lateralmente del sistema radicular de los árboles adultos es ante todo función de las características físicas del suelo. Aunque se ha demostrado que la naturaleza del porta injertos juega también un papel en el crecimiento y la localización de las raíces, este papel es Secundario.
Por regla general, el sistema radicular está esencialmente localizado en los primeros 100 centímetros de profundidad.

La parte aérea del árbol la constituyen el tronco, las ramas estructurales, las ramificaciones, las hojas, las flores y los frutos. El tronco asegura el transporte de la savia bruta desde el sistema radicular hasta el aéreo y el de la savia elaborada desde éste hasta las raíces. Es en el tronco donde se sitúa la zona del injerto resultante de la asociación de la variedad y el patrón.

Dado que los tejidos conductores libero-leñosos se encuentran localizados bajo la corteza, toda alteración mecánica, criptogámica o vírica puede entrañar perturbaciones en el mecanismo de transporte. Las ramas deben tener un buen vigor con el fin de favorecer el desarrollo equilibrado de la copa. Todos los cítricos son árboles de hojas perennes, lo que constituye un carácter de adaptación a inviernos poco rigurosos; las hojas presentan una gran variedad de tamaños y formas, entre especies y variedades y según la edad del árbol.

La flor de los cítricos consta de un cáliz de 3 a 5 sépalos de color verde, una corola de 4 a 8 pétalos blancos, 20 a 30 estambres soldados por su base en grupos de 3 ó 4, y el pistilo, formado por la unión de varios carpelos. Los frutos se componen de la corteza, la pulpa y las semillas, difiriendo en su color, forma, grosor, composición de su zumo y época de maduración, dependiendo de las especies y variedades. Cítricos sin semillas se obtienen cuando la fecundación de la flor no existe o es incompleta, es decir, cuando el fruto se desarrolla por partenocarpia y se denomina aspermo.

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